viernes, 13 de junio de 2014

LA IDENTIDAD NACIONAL

Por: Roque Turpo, Elizabeth Roque



                     La primera identidad que posee el hombre es sentirse parte de la tierra y con ella, el de sentirse parte de la población, a una comunidad de seres que comparten las mismas características, con un sentimiento en común y una cultura única que los representa y con el tiempo se va enriqueciendo considerablemente, hasta el punto en que por ejemplo, escuchar “Perú” nos abotarga el pecho y nos hace pensar en su gente, sus costumbres, su gastronomía, paisajes o maravilla natural, la diversidad de flora y fauna que posee, la variedad de climas y todo ello, acompañado de un etcétera que no quisiéramos situar; mas en nuestros días, los nuevos paradigmas de ésta sociedad tan mediática-globalizada y los medios de comunicación, nos han hecho perder.

                     Primero, para poder referirnos y abrir fronteras en éste tema, es sumamente importante definir qué es “identidad”, entonces puede decirse que ésta palabra proviene del vocablo latín “identitas”, que hace mención al conjunto de rasgos propios que caracterizan a un individuo o una comunidad determinada, volviéndolos particulares únicos, diferentes a cualquier otra persona o cosa, es decir, el conjunto de todos aquellos aspectos que solo poseen ellos y los hacen importantes, resaltando la esencia de cada uno.

                     Pero si sabemos qué es identidad, también es necesario precisar la definición de “nación”, para poder entender con mayor certeza qué es Identidad Nacional. Nación tiene su origen en el vocablo en latín “natio” que a su vez deriva de nascor (nacer). Ésta palabra la podemos utilizar para referirnos al territorio de un país en concreto, pero que sustancialmente guarda una importante relación con la gente que vive en él jurídica y políticamente; como un lugar donde se guardan aspectos culturales comunes.

                 Ahora sí, entendemos por Identidad Nacional a aquella identidad de una persona, que se relaciona con la nación a la cual pertenece, sea ésta por haber nacido en tal territorio, por formar parte de una comunidad en específico o por sentir lazos de pertenencia con las costumbres y tradiciones de tal nación. La Identidad Nacional está en nuestro días sumamente influenciada por nuestra actual sociedad globalizada, es decir, por los medios de comunicación que masifican y vinculan toda la variabilidad y la transforman en “común”, trata de resumir culturas ignorando el valor del “todo” y las idiosincrasias de la población, por lo que en nuestros días es complicado saber si existe una verdadera identidad nacional en las personas. Todo se relativiza y el amor a lo nuestro, de sentirnos pertenecientes a un lugar, valorar nuestras costumbres y tradiciones, los símbolos patrios y un sinfín de aspectos diferentes, ya los medios de comunicación se han encargado de eliminar de nuestras mentes e imponer lo global.

                     Sin embargo, para muchos intelectuales la existencia de ésta connotación no es más que un factor histórico-geográfico, aunque en realidad nadie se opone a esto, porque de hecho, ésta es aprendida; pero su objetivo es abrir nuestras concepciones a la valoración de lo propio, así como un poema para el escritor (el fruto de sus inspiraciones, de su arduo trabajo, de su creatividad y empeño), si es que nadie más valora aquél poema, ¿quién más que su creador para darle sentido a su existencia?, ¿quién más que él para darle aliento a su esencia?


                     Para Eduardo Galeano, “la identidad no es una pieza de museo metida en una vitrina, es sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día”, por lo que es nuestra labor sacarla de todo parámetro y cuidarla como algo preciado, sea o no influenciada por factores “mundiales”, nosotros somos parte del mundo y vivimos en él, ¿cómo no cuidar aquello que forma parte de nuestro todo?, ¿puede acaso una persona seguir viviendo sin aquél poema?

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